Aprovechando que en nada tenemos por la Libroteca a las autoras de este libro, os traemos la reseña por aquí y os anunciamos que el día del cuentacuentos (sábado 18 de noviembre) tendremos alguna sorpresa además de la actividad, así que apuntadlo en el calendario con letras bien grandes y reservad ese sábado para nosotras.

No tendría que hacer falta escribir cuentos donde se hablen de determinadas situaciones discriminatorias entre niños y niñas en cuanto a cuestiones de género y de roles, pero como siguen haciendo falta, os traemos un libro muy bien contado, ya que leer no tiene género.


Además lo que se busca con esta historia es una reflexión sobre el papel de la mujer en la sociedad actual. Si queremos lograr una sociedad en la que todos seamos tratados por igual, tendremos que ser valorados por igual.


Había una vez un reino. Y en ese reino vivía una princesa. Su madre, la reina le dijo que era princesa porque había un rey, una reina, su hermano el príncipe y claro, a ella le tocaba ser princesa.
Pero ella no quería serlo.

Había un montón de cosas que no le dejaban hacer solo porque era princesa: no podía ir a la cocina y cocinar con Ambrosia, no le dejaban salir al jardín si llovía porque se podía mojar y manchar de barro, no podía tocar el tambor....
Por no hablar de que no le gustaban los vestidos, el color rosa ni los lazos en la cabeza.

Por supuesto, Lucía hacía todo lo que tenía prohibido hacer. Cocinaba panecillos junto a la cocinera, aprovechaba para salir al jardín cuando hacía mal tiempo para saltar de charco en charco y en vez de aprender solfeo y tocar el piano, improvisó una banda junto a sus amigos del castillo a golpe de tambor.




Había un montón de cosas que no le dejaban hacer y que iréis descubriendo a lo largo de la historia de esta pequeña princesa que no quería serlo. Todas están asociadas a roles que la sociedad ha establecido a las mujeres.

Su madrina, intentará dar argumentos a Lucía para que les explique a sus padres los motivos de por qué no le gustan algunas cosas y para que exponga las razones de lo que quiere conseguir, siempre desde el cariño y el respeto.

Un libro que debería estar en las bibliotecas, en las clases o en nuestras casas para que nuestros peques desde bien pequeños piensen que también ellos pueden lograr lo que deseen y además porque es una forma estupenda de motivarles a  desarrollar sus propias capacidades independientemente del género al que pertenezcan.

El libro es larguito, pero por supuesto que se puede adaptar si nuestros peques tienen menos de 5 o 6 añitos.
Las ilustraciones de Mamen (La chica con flequillo) son geniales y reflejan a la perfección las emociones que siente en cada momento Lucía y las caras de sus padres lo dicen todo.

A continuación os proponemos una actividad para que hagáis con vuestros peques.

YO QUIERO SER:

Repartiremos una hoja a cada niño y les explicaremos que tienen que dibujarse a ellos mismos con lo que les gustaría ser de mayor (profesiones o cualquier otra cosa con la que nos sorprendan jeje).

Después, jugaremos al juego de las películas pero con los dibujos, es decir, tendrán que representar con gestos qué les gustaría ser de mayor y ver si el resto de niños lo aciertan.

La creatividad involucra muchas áreas del cerebro y expresarse sin palabras para que el resto de niños sean capaces de entenderle, ayuda al niño a fomentar la confianza.