La editorial Tres Tigres Tristes nos envió este ejemplar de «Mi selva» al decirles que nos habíamos enamorado de uno de los personajes de la historia (sin saber apenas de qué iba el libro).
Es uno de esos libros donde la imaginación juega un papel muy importante y que gracias a las imágenes consigamos crear un ambiente totalmente diferente a lo que realmente está sucediendo,
Son libros donde, como decimos las ilustraciones nos harán pensar una cosa, y lo que es aún más importante, nuestros peques se creerán que realmente eso es lo que está pasando.
Así que conseguiremos que gracias al poder de la imaginación la historia sea aún más real.

Nuestro protagonista es un personaje que lleva una caja cubriéndole la cabeza y parte del cuerpo, con dibujos tribales, y además lleva una lanza.
De primeras puede parecer que este personaje se encuentra en la selva, rodeado de hierbas y maleza y atento a todo lo que ocurre, pues mil peligros le acechan.
Otro personaje entrará en escena: el Gran Brujo, más grande que él y cubierto con otra máscara y con un pelaje rosa, que siempre le da buenos consejos a nuestra cajita tribal.
Seguro que es algún amigo o familiar...

De repente comenzará a llover. Una tormenta inesperada y Serpiente, harán que nuestro personaje se caiga en la ciénaga y no tenga escapatoria posible.
¿Qué le pasará a nuestro protagonista?
Si queréis saber el final de esta historia tan sorprendente, que seguro que volvéis a leer en cuanto conozcáis el desenlace... podéis pasar por la Libroteca o si sois de fuera, encargarlo a través de nuestro formulario web.
El PVP del libro es de 12.50€ y tiene un formato que nos gusta mucho para los peques, ya que no es el típico álbum ilustrado grande.
Además en las guardas veremos a nuestro prota, escondido entre los matorrales.
Es un libro que recomendamos para peques de 2 a 5 añitos (esto es como siempre muy subjetivo, por supuesto), pero pensamos que con ellos luego podremos jugar a comparar la imagen de la selva con la imagen real y preguntarles qué animales recuerdan que aparecían en la selva y qué eran en realidad e incluso si vamos un poquito más allá y ponemos en marcha nuestra imaginación (la de ellos seguro que ya está en funcionamiento), podremos preguntarles por objetos cotidianos y que nos digan qué podrían ser si cobraran vida o estuviésemos por ejemplo en la montaña o en una isla rodeados de agua.