Hoy os traigo la reseña de uno de esos libros que sorprenden tanto con su desenlace que querréis volver a empezar nada más terminarlo para esta vez fijaros en más detalles.

Una historia divertida que habla de familias y secretos, con una gata que se lleva todo el protagonismo en cada ilustración, como no podría ser de otra manera.

En este álbum ilustrado vamos a conocer a Casilda. Vive en la calle Abedul número 13, en casa de los Pérez y aunque antes vivía en otra casa ya no la recuerda.

Allí es muy feliz porque quiere mucho a la familia Pérez, pero cuando se marchan a trabajar y se queda sola, sale a pasear por el barrio.

Podría parecer que deambula por las calles pero lo cierto es que sabe perfectamente dónde va. Siempre a la casa de los García. Antes de entrar esconde el collar que lleva con su nombre y un teléfono, por si alguna vez se pierde y necesitan localizar a alguien y pasa toda el día con ellos.

Los García, que piensan que se llama Carlota, trabajan de noche, así que no es hasta entonces cuando Casilda, bueno en realidad Carlota, se marcha de vuelta con los Pérez.

Claro que esta información no la tienen los García que lo pasan un poquito mal sin saber dónde pasa la noche su querida Carlota.
Pero como cada día ella vuelve a la mañana siguiente.