
En este álbum ilustrado a los vecinos de esta casa tan peculiar les va a ocurrir exactamente eso mismo. Bueno, a todos no, los conejitos no tendrán prejuicios de ningún tipo y así es como tendría que ser, así que dicho esto, ya sabéis por dónde irá la historia y por dónde el mensaje que intentará transmitir la autora.
Una noticia llega de manos de la paloma. ¡Hay ratas en el edificio! Se acaban de mudar al bajo, y se van a convertir en los nuevos vecinos.

Será a partir de aquí cuando vayan llamando al resto de puertas del edificio y avisando a los vecinos, cuando los prejuicios irán creciendo y con ello la sensación de que igual no es tan buena idea que vengan unas ratas a vivir.
La estructura de la historia es siempre repetitiva y acumulativa, ya que cada vez que bajan a avisar a un nuevo vecino bajan haciendo algo nuevo por las escaleras y será una forma divertida de contar este trozo a los peques, incluso imitando los movimientos que nombran.
¿Os imagináis cómo termina la historia? Pues como deberían terminar las historias en la vida real :) Así que os animamos a haceros con un ejemplar pasando por la Libroteca o pinchando aquí.
Además, como sabéis (y si no lo sabíais os lo contamos) estamos colaborando semanalmente con el Heraldo online y publican reseñas nuestras cada dos jueves.
Os dejaremos el enlace de Karol (en cuanto lo publiquen) recomendando este libro, para que sí o sí os animéis a comprarlo, pues creemos que estos libros son muy enriquecedores para todo el mundo, ya no solo para los niños, que como los conejitos de la historia, a veces son los que menos lo necesitan...