Me gusta el chocolate

Si hay alguien en la sala a quien no le guste el chocolate, o su olor o las dos cosas... que abandone inmediatamente la reseña. Es broma. ¿O no?

Marta, la protagonista de este álbum ilustrado tiene clarísimo cual es su comida preferida.

¡El chocolate!

Pero le gusta tanto tanto, que siempre está buscando la forma de comerlo sin parar. Sus padres lo esconden dentro de los armarios más altos de la casa y Marta no encuentra la manera de conseguirlo.

Pero lejos de rendirse, Marta toma una decisión: va a construir un parque de chocolate en el jardín.



Quiere que sea grande para que entren todos sus amigos y amigas, quiere que además tenga una
piscina llena de batido de chocolate, con un gran trampolín en lo alto de una torre de bizcochos de chocolate, por supuesto.
Pero claro, un parque necesita columpios. Así que piensa que con un trozo de tarta de trufa y una tableta de chocolate, gigantes ambas cosas, podrá hacer un tobogán, con rosquillas de chocolate podría hacer columpios. Y ya que estamos... necesitamos un arenero para jugar. Pero en lugar de arena, Marta lo quiere llenar de chocolate en polvo.

Está convencida de que en este parque la hierba serán fideos de chocolate, las flores bombones y los árboles helados también de chocolate, ¿de qué si no?



Así podrá comer su dulce preferido siempre que quiera. Y ella sabe que comería todo el día y todos los días lo mismo.

Pero... ¿qué pasaría si sólo comiera chocolate?

Marta reflexionará entonces sobre las consecuencias de no tener una dieta más equilibrada, sobre qué cosas que también le gustan mucho, como los macarrones de papá, el caldo de mamá, el pollo al horno...

Quizá sería mejor dejar la idea del parque de chocolate, ¿no os parece?

Esta historia tan sencillita y divertida nos ayudará para hablar con nuestros peques sobre la alimentación y le necesidad de comer de todo.

Pero si queremos también podemos hablar de la necesidad de probar cosas nuevas, reflexionando sobre todo lo que se perdería Marta si sólo comiera chocolate o lo que pasaría si un día decide que lo que más le gusta del mundo es jugar al parchís y sólo juega al parchís, por ejemplo.


Además de todo lo que nos permite tratar este libro, se nos ocurre que podéis ayudar a los peques a no perder su gran imaginación y creatividad y pedirles que os cuenten con qué harían ellos su parque favorito, ¿con queso? ¿con pizza? Si les gusta dibujar además podréis pintar ese parque, seguro que lo pasáis en grande.

Las ilustraciones del álbum son muy originales y combinan páginas llenas de color con páginas donde sólo algunos elementos lo tienen o incluso páginas en blanco y negro. Además encontramos también elementos reales entre las ilustraciones, fotografías muy bien incorporadas en la historia.
¿Os atrevéis a hacer un parque usando la técnica del collage?

Las guardas, como no podían ser de otra manera, son tabletas de chocolate.

Si os animáis a comprar el libro de Lia Bertran podéis pasar por la Libroteca y adquirir un ejemplar o pedirlo desde nuestra web si es para enviar o preferís reservarlo por si las moscas.

Libroteca El Gato de Cheshire

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