Sé que hay mucha controversia alrededor de la figura del lobo y que muchos defienden que no haya animales buenos o malos mientras que otros prefieren que sí los haya.
En este caso el lobo no es ni malo ni bueno, y aunque todos nos pongamos en la piel de los conejos quizá podamos reflexionar con los peques sobre ello porque al fin y al cabo, la mayoría somos omnívoros.
El caso es que en este libro nos encontramos a un lobo con mucha hambre y un pelín ingenuo y a una mamá conejo muy lista y dispuesta a todo para defender a sus conejitos.
Pero cuando llega hasta ellos, mamá coneja le ofrece un delicioso néctar de violetas, al que hacía referencia la canción que escuchó el lobo en el bosque, así que no puede resistirse a probar un delicioso aperitivo y está tan bueno que solo puede pedir más.
Pero es que mamá coneja no tiene el último ingrediente que necesita para hacer más, las violetas están tan altas... quizá lobo pueda alcanzarlas. Solo que no son violetas y lobo cae en la trampa.
Una historia divertida donde podemos ver cómo el ingenio puede más que la fuerza y en especial cómo las mamás están dispuestas a intentarlo todo para salvar a sus pequeños.
Las ilustraciones son muy bonitas, el lobo enorme llena las páginas con su gran pelaje y los conejitos son tan monos...
Me gusta que hay algunos elementos que se repiten y que podrán decir los peques cuando se lo contemos y me encanta que haya una canción. Aunque habrá que improvisar una melodía para cantarla porque la editorial no ha dejado ninguna pista de cómo suena.
En definitiva, un álbum divertido que seguro que os encanta para contar en voz alta y que os dará mucho juego para hablar de malos y buenos, de ingenio y hasta de plantas, porque aparecen algunas con las que mamá coneja quiere engañar a Lobo.
Pasad por la Libroteca si queréis echarle un ojo o pedidlo desde la web si ya lo tenéis claro, tanto para recoger aquí como para que os lo envíe.
