Cuando el miedo se guarda en un cofre… y el amor se convierte en impulso

Hoy os traigo una reseña de un álbum ilustrado precioso en todos los sentidos y que seguro os va a enamorar.
«El salto de Chillú», escrito e ilustrado por Paco Ortega, es uno de esos álbumes que, como si fueran cofres, están llenos de emociones: el miedo, el amor, la fragilidad… y esa valentía que solo aparece cuando lo hacemos por alguien a quien queremos.

Chillú es un niño que lleva consigo un cofre. No es un cofre de tesoros ni mucho menos. En ese cofre guarda todos sus miedos. Esos que no siempre se ven, pero que pesan.

Su hermana Ikigai ha dejado de soñar porque tiene miedo a la oscuridad. Y Chillú, decidido a ayudarla, emprende un viaje lleno de obstáculos con un objetivo: alcanzar la luna y traer su luz de regreso, puesto que está convencido de que así el miedo se irá y los sueños regresarán a las noches de su querida hermanita.


La narración tiene un tono poético que anima a leer sin prisa. Cada página es una invitación a detenerse y sentir, porque todos, en algún momento, hemos caminado con un cofre similar.

Pero lo más hermoso de esta historia es que el verdadero viaje no es hacia la luna, sino hacia el interior de Chillú. Quizá un poco por accidente, cuando su cofre se rompe, pero también gracias al impulso que le da el amor por los otros, en este caso por su hermana.

Las ilustraciones son, sencillamente, mágicas. Me encanta la paleta elegida para cada momento del viaje y el estilo de los trazos, sencillo pero a la vez lleno de detalles. Por momentos he sentido estar disfrutando de los dibujos en el cuaderno secreto del autor.


Quizá esto ya es interpretación personal, pero tengo la sensación de que durante las páginas del álbum os encontraréis con algún pequeño homenaje a otras grandes historias. Es un libro que invita a quedarse en silencio frente a cada doble página y solo observar.

En resumen, una historia que nos habla del miedo y de cómo nos acompaña en todo lo que hacemos. Pero que lanza un mensaje de amor y crecimiento personal. Y desde luego, una forma maravillosa de enseñar a los peques que todas las emociones son válidas y nos forman como persona.

Ser valiente no es no tener miedo, sino actuar pese a sentirlo, intentar superar aquellos miedos más irracionales y dejarnos guiar por nuestro instinto y nuestro amor por aquellos que siempre están.


Como siempre, os dejo ideas para trabajar este libro con los peques. En este caso es un libro perfecto para compartir en voz alta pero además os puede dar pie a crear vuestro propio cofre. Para guardar nuestros miedos, ya sean escritos o dibujados y lanzar unas sencillas preguntas: ¿Qué pasaría si los abrimos? ¿Qué necesitamos para enfrentarlos?

También podemos aprovechar el ambiente y jugar con luces y sombras. ¿Qué sentimos al estar en la oscuridad? ¿Cómo cambia todo con solo un poco de luz?
Y si estáis creativos podéis escribirle una carta a Ikigai para darle ideas de sueños bonitos.

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Libroteca El Gato de Cheshire

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